Durante el próximo fin de semana se reúnen en Los Molinos jóvenes de todos los colegios e inserciones de España en el encuentro anual nacional de Asunción Juntos. Un tiempo para compartir, para reflexionar, para rezar, para celebrar... para disfrutar... Ver imágenes
Alegría por el reencuentro para aquellos que ya se conocían, nervios por la incertidumbre para aquellos que veníamos por primera vez y tranquilidad para los monitores, profesores y acompañantes de este encuentro. Todo eso se respiraba en la llegada del viernes por la tarde a la casa San José de los hermanos maristas de Los Molinos en Madrid. Parecía imposible pero los cuerpos de muchos de los participantes en el encuentro de Asunción Joven parecían no necesitar un lugar en el que descansar pese a haberse recorrido media España para compartir estos tres días de convivencia.
La mañana del sábado comenzó con el desayuno al que algunos estuvieron a punto de no llegar a causa de alguna alarma traidora que no sonó en su momento. Tras ello nos esperaba una marcha apasionante hacia la presa de Irrios en la que tuvimos tiempo para reflexionar sobre toda nuestra trayectoria en La Asunción. Al volver tuvimos tiempo libre para compartir e intercambiar. El trabajo ha continuado por la tarde plasmando esta trayectoria en pequeñas obras de arte en las que la creatividad rebosaba a raudales. También hubo tiempo de manifestar nuestra expresividad en un taller de danza contemplativa y teatralización para perder la vergüenza. Tras la cena tuvimos un rato de oración en el que fuimos recogiendo lo vivido durante el día recordando nuestra trayectoria en la Asunción. La noche depararía alguna otra sorpresa como fue el juego en el que nos tocó buscar a unos cuantos "locos" que se habían escapado de un sanatorio próximo. Afortunadamente no quedó ni uno suelto. Tras el juego tuvimos la oportunidad de disfrutar de la amistad de una forma más distendida.
Y llegó el domingo y con el domingo la oportunidad de pararnos a pensar en nuestro compromiso con Asunción Joven. Un paso que no todos tienen la obligación de dar. Un paso para aquellos que se sienten llamados. Ha sido una mañana intensa en la que hemos profundizado en el encuentro con Jesús con la imagen de los discípulos de Emaús y con la imagen de otro encuentro: la Eucaristía. Y con ello la invitación al compromiso. Tras ello la despedida. Alguna carrera que otra, algún pequeño olvido... y despedidas, con lo que cuestan... alguna lagrimilla, claro que sí y la esperanza de volver a vernos. Somos Asunción y queremos serlo durante mucho mucho tiempo.
Gracias a todos. Gracias a los participantes. Gracias a quienes han hecho posible este encuentro.
Recuérdeme
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